El simbolismo religioso cristiano en sus conceptos-clave surge de la prohibición de idolatrar imágenes en el cristianismo de los orígenes y de la necesidad de ocultar su propio culto. Los primeros cristianos tenían que recurrir a representaciones simbólicas, signos, formas abstractas, como la cruz, el pez estilizado, tanto para alimentar a su devoción, como para esconderse de sus perseguidores. Símbolos antiguos, en algunos casos, y preexistentes, pero cuyo significado para ellos era completamente diferente.





