El Cronovisor – 67 – Omm Seti

Omm Seti Dorothy Eady El Cronovisor

Omm Seti

Dorothy Eady

Atrapada en un túnel del tiempo que la llevaba continuamente al antiguo Egipto, Dorothy Eady, más conocida como Omm Seti, ha protagonizado una de las historias más increíbles dentro del intrigante mundo de la Egiptología.

Atraída por una percepción mística que solamente pudo responder en Abydos, esta inglesa fue quizás la figura más importante de entre los no pocos egiptólogos que alguna vez fueron cautivados por el lado oscuro del Egipto milenario.

Mrs. Eady miraba con horror el cuerpo inconsciente de su hija Dorothy. La pequeña de 3 años de edad, acababa de sufrir un grave accidente precipitándose escaleras abajo en su casa de Londres. La pronta venida del médico no pudo eludir lo que parecía a todas luces inevitable. Tras inspeccionar a la niña y comprobar la ausencia total de aliento, el doctor firmó el fallecimiento de la pequeña.

El desplome de la familia fue inmediato. Tras dejar el cadáver de Dorothy sobre la cama de su habitación, el doctor regresó al salón para acompañar a los desconcertados padres, incapaces de admitir lo que les estaba pasando. 

Transcurridos sesenta minutos el médico volvió a la habitación de la niña. Estupefacto descubrió, no un cadáver inerte sino a una inquieta niña jugando sobre la cama, ajena a todo lo que había ocurrido momentos antes.

La delicada Dorothy no lo sospechaba, pero alguien había regresado desde un pasado muy remoto para revivirla.

Omm Seti​ - Dorothy Eady

Dorothy Louis Eady (1904-1981), ha sido y será una de las figuras más introvertidas que ha dado la Egiptología académica.

Sin embargo, sus primeros pasos en este terreno no se desarrollaron ni en una universidad ni en el plano físico convencional. Un año después de sufrir aquél aparatoso accidente, Dorothy comenzó a tener de forma continuada extraños sueños en los que veía un misterioso edificio columnado, rodeado de jardines repletos de toda clase de árboles frutales. 

Cada vez que los recordaba, una extraña desazón estremecía el cuerpo de la niña. Dirigida por una extraña intuición mística, Dorothy no cesaba de repetir a sus padres un angustioso «¡quiero volver a casa!», como si realmente aquella modesta vivienda londinense no fuera su hogar natural. Sus padres, desconcertados por el incomprensible comportamiento de la niña, la interrogaban sobre esa extraña casa; preguntas a las que Dorothy no sabía contestar ya que solamente podía guiarse por sus misteriosas visiones oníricas.

La respuesta a todas estas intrigantes preguntas no tardaría en llegar. En una visita casual al Museo Británico se produjo un espectáculo que puso el vello de punta a los padres de Dorothy. Nada más entrar en la inmensa sala egipcia, la niña se separó de ellos y corrió a besar los pies de las estatuas que allí se encontraban. Ante el asombro de sus padres, que no daban crédito a lo que veían, la pequeña comenzó a intuir la respuesta de muchos de los interrogantes que la habían atormentado en los últimos meses.

Omm Seti and Cat - Jesus Callejo

¿De dónde podría venir ese afecto por el antiguo Egipto? No tardaría en descubrirlo. Poco después, de forma también casual, Dorothy pudo por fin ver su verdadera casa en la fotografía de un periódico local. 

Se trataba del mismo lugar con el que ella había soñado infinidad de veces. Antaño rodeado de jardines y estanques, reconoció el templo de Osiris en la ciudad de Abydos, uno de los lugares más fascinantes de todo Egipto. El círculo se fue cerrando, y solamente quedaba saber quién era el instigador de todo aquel extraño proceso místico.

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